Cuando la muerte llega a un ser humano, el inevitable sentimiento de dolor es eso, inevitable. Y cuando esa muerte es injusta, o no se comprende, es mucho más dañina si cabe. Toda muerte tiene su campo de acción... toda muerte afecta a otras personas y de algún modo cambian nuestras vidas. Un suicidio, cambia vidas, y hace que opiniones respecto a la muerte se moldeén. A veces no vemos la realidad, porque los sentimientos que a veces creemos que sólo nosotros como humanos somos portadores, nos ciega, y no nos damos cuenta que la mente humana es muy compleja, y hay acciones que escapan a nuestra visión del mundo. Debido a miles de desordenes mentales encontramos atrocidades de todos los tipos y colores, y todas hechas por la misma especie. Pero en el fondo la ley para nosotros y para los animales, es la misma. Sobrevivir. Es triste pero es la verdad, todos luchamos por lo mismo, todos tenemos los mismo objetivos, seguir con vida y si podemos, buscarle un lado bueno a seguir haciéndolo. Un grave error que cometemos es mezclar la razón humana con el instinto animal, cosas completamente diferentes. EL ser humano carece de casi todos los instintos que tenía, en cambio un animal, hace lo que tiene que hacer, y lo hace sin pensar en si estaba bien o si estaba mal, lo hace porque tiene que comer o proteger a sus crias, no porque no le caiga bien o lo hayan puteado toda la vida...
A veces la mentalidad humana llega a asustar, y somos los más evolucionados, pero a la vez, los que más daño nos hacemos. Por eso, cuando intentamos que un animal sea un humano y los intentamos hacer parecer buenos o malos, los ponemos como depredadores crueles y sanguinarios, simplemente estamos jugando a interpretar la naturaleza a nuestra manera. Un animal no mata para robarle las zapatillas al otro, un animal mata para comer o para defenderse a sí mismo y a su progenie; un animal no crea armas para matar por matar, ni juega a guerras por tonterías, un animal crea armas para cazar y comer, y cerca dominios para estar seguro... un animal no piensa si lo que ha hecho está bien o mal, un animal sigue viviendo, porque tiene que vivir. Y no se pasa la vida cuestionándose si hubiera encontrado a su amigo a tiempo antes de morir, a lo mejor podría haberlo salvado, o a lo mejor no se sentiría tan mal al enterarse que su madre también se suicidó por no poder soportar el dolor de la perdida de un hijo. Tal ves ese amigo que decidió quitarse la vida, no pensó en sus consecuencias, tal ves sí, tal ves quiso dejar un mensaje... pero eso nunca lo haría un animal, eso de aceptar la vida y continuar es lo que le cuesta al ser humano. Quiere salvar a todo animal de la muerte, quiere asignar buenos y malos, y no se da cuenta que el único que necesita ayuda es el propio ser humano, que no quiere aceptar su parte animal.
martes, 20 de mayo de 2008
¿Animales?
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